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La amabilidad debe ser una actitud generalque debemos poner en práctica cada día. Ser amable, afectuoso, complaciente... con los demás es una forma de mostrar un interés por llevarnos bien con las personas con las que nos relacionamos.
Ofrecer una sonrisa cuando nos preguntan algo, hacer un saludo al vecino que nos encontramos en la escalera, tener un gesto amable cediendo el paso en una puerta... dar un poco de amabilidad y cordialidad, hacen que nuestra convivencia sea más agradable y más cordial.
La amabilidad no debe ser selectiva. Una persona bien educada es amable con todo el mundo, no solo es amable con las personas conocidas. La amabilidad la debemos ejercer de forma general e indiscriminada. Hay que ser amables en cualquier momento, aunque haya situaciones en las que es fácil perder lo nervios -discusiones, riñas, etc.-. Una persona educada se ve en los buenos y en los malos momentos.